Hoy es el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico con un objetivo claro: “reducir las bolsas de plástico de un solo uso y fomentar su consumo responsable”. El uso del plástico hace parte de nuestra cotidianidad, esta como Dios, en todas partes, casi que en todos usos es práctico, económico y hasta estético. Hoy por hoy el hombre es al plástico como al aire que respira. Ropa, muebles, juguetes, vehículos, empaques y contenedores de todo tipo y miles de cosas más. El plástico invade al mundo, está en todas partes, y adonde no lo llevamos los humanos lo enviamos por medio de las corrientes de aire y de agua. Termina fatalmente en el lecho ríos, lagos y finalmente en el mar, y eso no lo para nadie. Todos decimos que hay que reciclar, y se reciclar, pero el resultado es mínimo o poco significativo, simplemente porque: No tenemos esa cultura, porque no nos interesa, porque las normas legales son insignificantes. Porque quienes la recogen no separan y los plásticos de toda índole terminan en los sitios de disposición final, con las consecuencias que sabemos y en gran cantidad arrojados brutalmente contra las corrientes de agua.
Pero hoy es el día libre de bolsas plásticas, a simple vista parece que sirve de algo, tal vez para la reflexión, sentirnos responsables, despertar la conciencia ambiental, y todo lo que se dice de positivo de este singular día, pero la verdad, es muy poco lo que se logra, que pena, un día, solo un día de los 365 del año para que usted valla al supermercado y lleve una bolsa de alta densidad y le empaque en ella 20, 30 o más artículos empacados en bolsas del letal plástico en el que se expenden al granel alimentos, artículos de aseo, amén de casi todo lo que se vende en estos sitios, o sea que no hacemos nada o que lo que hagamos hoy lo borramos con creces mañana.
La verdad es que se impone para la vida, no solo de los animales y de nosotros mismos, es la prohibición del uso de bolsa plásticas, por lo menos para artículos al detal o de mínimo tamaño o peso. Acabar el impuesto a las bolsas de empaque final en los supermercados y prohibirlas definitivamente, eso no sirvió para nada.
“Obras son amores y no buenas razones”.