En algunas especies de dos familias de bacterias, responsables del óptimo crecimiento de las plantas, asociadas a los suelos de los cultivos del municipio de Tumaco, se encontraría un método pionero, eficaz y menos contaminante, que la incineración de la cocaína incautada por las autoridades.
Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc),
en Colombia, la producción de cocaína, un alcaloide tropano cristalino que se
obtiene de las hojas de la planta de coca, alcanza una producción de hasta
1.400 toneladas al año. De esta, solo se incautan alrededor de 700.000
toneladas que son incineradas por las autoridades.
De dicho proceso, aunque se consigue una degradación de cocaína cercana
al 98 %, emanan óxidos de azufre y nitrógeno a la atmósfera, compuestos
químicos contaminantes y dañinos para el ser humano.
El biólogo Carlos Andrés Díaz Vargas, doctor en Ingeniería Química de la
Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, propone una alternativa
al modelo actual de disposición final de la cocaína. Este consiste un proceso
biotecnológico que utiliza organismos vivos, en este caso bacterias, como
agentes para la degradación biológica de esta sustancia ilegal.
En el Laboratorio de Ciencias Biológicas y Moleculares de la UNAL Sede
Manizales, el investigador aisló y probó un grupo de bacterias pertenecientes a
las familias Bacillus y Pseudomonas, obtenido de los suelos de cultivos
tumaqueños.
Así, por ejemplo, realizó distintas variaciones con las especies
Bacillus cereus, Bacillus subtilis, Pseudomonas stutzeri, Pseudomonas putida y
Pseudomonas aeruginosa, para construir distintas cepas de muestreo y, de esta
manera, determinar su eficacia.
El material obtenido se expuso a un método de presión selectiva, en el
cual se fuerza a la bacteria a alimentarse de los residuos de la cocaína. “Para
ello, se adaptó un reactor de disco rotatorio, el cual permite la formación de
biopelículas para la degradación de la cocaína, que está disuelta en agua como
única fuente de carbono, es decir, energía.
Otro método probado fue el de reactor de tanque agitado, el cual
consiste en agitar las bacterias dentro un fluido acuoso compuesto por la
cocaína sintética, generando una reacción por ficción, lo que provoca una
descomposición de la sustancia.
Así mismo, a través del software Aspen Plus, se simuló el impacto
ambiental para la desintegración de la cocaína, comparando el modelo
convencional por quema y la nueva propuesta mediante el uso de bacterias.
Se constató que las bacterias degradaron un 94 % de la cocaína en apenas
48 horas, mediante el uso de disco rotatorio; de otra parte, con el uso del
reactor de tanque agitado, se alcanzó un 97.3% en 18 horas.
El investigador señala que “los microorganismos no fueron modificados
genéticamente, lo cual hizo del proceso algo económico y natural”.
Destaca que, el proceso biotecnológico propuesto, busca ser aplicado en
una nueva fase de desarrollo de tecnologías, ya que “a pesar de ser funcional y
tener resultados óptimos, se realizó en una fase de TRL1 (adecuación de
laboratorio a escala) hasta TRL4 como prueba o evidencia funcional del
concepto”. Con la segunda fase busca llegar a un nivel de maduración de la
tecnología a un TRL7 (pasando a procesos de gran escala y aplicables en campo
real).
Para su trabajo, contó con el apoyo del Centro Internacional de Estudios
estratégicos Contra el Narcotráfico (Ciena), de la Policía Nacional de
Colombia, la Fiscalía General de la Nación y el Consejo Nacional de Estupefacientes
(CNE), que le permitió obtener el material para evaluaciones científicas y
transporte de la droga vía aérea.
También, con el acompañamiento de los profesores Juan Carlos Higuita y
Elisabeth Restrepo, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNAL
Sede Manizales.