La Asamblea General de la ONU declara el acceso a un medio ambiente limpio y saludable, un derecho humano universal
Unsplash/Toomas Tartes Dos excursionistas recorren las montañas de Chile. |
Derechos humanos
Aunque la decisión
contó con ocho abstenciones, ningún Estado se opuso a la declaración. El
titular de la ONU califica la adopción de esta decisión como “histórica” y
asegura que es una muestra de cómo la comunidad internacional puede unirse para
luchar contra la triple crisis medioambiental que vive el planeta. La
declaración cambiará la naturaleza misma del derecho internacional de los
derechos humanos.
Con 161 votos a favor, ocho abstenciones* y ningún
voto en contra, la Asamblea General adoptó
este jueves una resolución que reconoce el acceso a un medio ambiente limpio,
sano y sostenible como un derecho humano universal.
El texto, presentado originalmente por Costa Rica,
Maldivas, Marruecos, Eslovenia y Suiza el pasado mes de junio, y copatrocinado
ahora por más de 100 países, señala que el derecho a un medio ambiente sano
está relacionado con el derecho internacional existente y afirma que su
promoción requiere la plena aplicación de los acuerdos medioambientales
multilaterales.
También reconoce que el impacto del cambio climático,
la gestión y el uso insostenibles de los recursos naturales, la contaminación
del aire, la tierra y el agua, la gestión inadecuada de los productos químicos
y los residuos, y la consiguiente pérdida de biodiversidad interfieren en el
disfrute de este derecho, y que los daños ambientales tienen
implicaciones negativas, tanto directas como indirectas, para el disfrute
efectivo de todos los derechos humanos.
La resolución, basada en un texto similar adoptado el año pasado por el Consejo de Derechos Humanos, pide a los Estados, las organizaciones internacionales y las empresas que intensifiquen sus esfuerzos para garantizar un medio ambiente sano para todos.
Un hito para afrontar la triple crisis medioambiental
Tras conocerse la noticia,
el Secretario General de la ONU, António Guterres, se congratuló de la adopción de esta "resolución
histórica" y dijo que este hito demuestra que los Estados miembros pueden
unirse en la lucha colectiva contra la triple crisis planetaria del cambio
climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
"La resolución ayudará a reducir las
injusticias medioambientales, a cerrar las brechas de protección y a empoderar
a las personas, especialmente a las que se encuentran en situaciones
vulnerables, como los defensores de los derechos humanos medioambientales, los
niños, los jóvenes, las mujeres y los pueblos indígenas", dijo en un
comunicado difundido por su portavoz.
Añadió que la resolución también ayudará a los Estados
a acelerar el cumplimiento de sus obligaciones y compromisos en materia de
medio ambiente y derechos humanos.
"La comunidad internacional ha dado un
reconocimiento universal a este derecho y nos ha acercado a hacerlo realidad
para todos", afirmó.
Guterres subrayó, sin embargo, que la adopción
de la resolución "es sólo el principio" e instó a
las naciones a hacer de este derecho recién reconocido "una realidad para
todos, en todas partes".
No basta el reconocimiento, hay que aplicarlo
En otra declaración, la Alta
Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle
Bachelet, celebró la decisión de la Asamblea y se hizo eco del llamamiento del
Secretario General para que se tomen medidas
urgentes para aplicarla.
"Hoy es un momento histórico, pero no basta con
afirmar nuestro derecho a un medio ambiente sano. La resolución de la Asamblea
General es muy clara: los Estados deben cumplir sus compromisos internacionales
e intensificar sus esfuerzos para hacerlo realidad. Todos sufriremos
efectos mucho peores de las crisis ambientales, si no trabajamos juntos para
evitarlas colectivamente ahora", dijo.
Bachelet explicó que la acción medioambiental basada
en las obligaciones de los derechos humanos proporciona unos límites vitales
para las políticas económicas y los modelos empresariales.
La resolución "hace hincapié en el
apuntalamiento de las obligaciones legales de actuar (en favor del
medio ambiente), en lugar de permitir que sea simplemente una política
discrecional. También es más eficaz, legítima y sostenible", añadió.
Por su parte, el relator especial de la ONU sobre
Derechos Humanos y Medio Ambiente, David Boyd, asegura que la decisión de la
Asamblea cambiará la naturaleza misma del derecho internacional de los derechos
humanos.
"Los gobiernos han prometido limpiar el medio ambiente y hacer frente a la emergencia climática durante décadas, pero el hecho de tener un derecho a un medio ambiente sano cambia la perspectiva de la gente, que pasa de ‘mendigar’ a exigir a los gobiernos que actúen", declaró recientemente a Noticias ONU.
ONU/Laura Quinones Jóvenes activistas del medio ambiente se manifiestan durante la Conferencia sobre el Clima COP26 en Glasgow, Escocia |
En 1972, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre
el Medio Ambiente celebrada en Estocolmo, que terminó con su propia declaración
histórica, fue la primera en situar las cuestiones medioambientales en el
primer plano de las preocupaciones internacionales y marcó el inicio de
un diálogo entre los países industrializados y los países en vías de desarrollo sobre
la relación entre el crecimiento económico, la contaminación del aire, el agua
y los océanos, y el bienestar de las personas en todo el mundo.
Los Estados miembros de la ONU declararon entonces que
las personas tienen un derecho fundamental a "un medio ambiente de una
calidad que permita una vida digna y de bienestar", y pidieron acciones
concretas y el reconocimiento de este derecho.
El pasado mes de octubre, tras décadas de trabajo de
naciones en primera línea del cambio climático, como el archipiélago de las
Maldivas, así como de más de 1000 organizaciones de la sociedad civil, el
Consejo de Derechos Humanos reconoció finalmente este derecho y pidió a la
Asamblea General de la ONU que hiciera lo mismo.
"Desde su aparición en la Declaración de
Estocolmo de 1972, el derecho se ha integrado en constituciones, leyes
nacionales y acuerdos regionales. La decisión de hoy eleva el derecho al
lugar que le corresponde: el reconocimiento universal", explicó la
responsable del Programa de
las Naciones Unidas para el Medio Ambiente de la ONU, Inger Andersen, en un comunicado publicado este jueves.
Un catalizador para actuar
El reconocimiento del derecho a un medio ambiente sano
por parte la Asamblea General y de otros foros de la ONU, aunque no es
jurídicamente vinculante -lo que significa que los países no tienen la
obligación legal de cumplirlo-, será un catalizador para la actuación en favor
de un medio ambiente sano y limpio y capacitará a los ciudadanos de a pie para
exigir responsabilidades a sus gobiernos.
"Por tanto, el reconocimiento de este derecho es una victoria que debemos celebrar. Mi agradecimiento a los Estados miembros y a los miles de organizaciones de la sociedad civil y grupos de pueblos indígenas, así como a las decenas de miles de jóvenes que abogaron sin descanso por este derecho. Pero ahora debemos aprovechar esta victoria y aplicar el derecho", añadió Andersen.
UN News/Laura QuiñonesEl lago de glaciares Jökulsárlón en Islandia continúa creciendo a medida que el glaciar con el mismo nombre se derrite. |
Como mencionó el Secretario General de la ONU, el
derecho recién reconocido será crucial para hacer frente a la triple crisis
planetaria.
Esto se refiere a las tres principales amenazas
medioambientales interrelacionadas a las que se enfrenta actualmente la
humanidad: el cambio climático, la contaminación y la pérdida de
biodiversidad, todas ellas mencionadas en el texto de la resolución.
Cada una de estas cuestiones tiene sus propias causas
y efectos, y deben resolverse si queremos tener un futuro viable en la Tierra.
Las consecuencias del cambio climático son cada vez
más evidentes, a través del aumento de la intensidad y gravedad de las sequías,
la escasez de agua, los incendios forestales, la subida del nivel del mar, las
inundaciones, el deshielo de los polos, las tormentas catastróficas y la
disminución de la biodiversidad.
Mientras tanto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire es la mayor causa de
enfermedad y muerte prematura en el mundo, con más de siete millones de
personas que mueren prematuramente cada año debido a la contaminación.
Por último, el declive o la desaparición de la
diversidad biológica -que incluye animales, plantas y ecosistemas- repercute en
el suministro de alimentos, el acceso al agua potable y la vida tal como la
conocemos.
*Los ocho Estados que se opusieron fueron: China,
Rusia, Bielorusia, Camboya, Irán, Kirguistán, Siria y Etiopía.